COMPARATIVAS
Mínimo Riesgo
Cuando uno realiza una inversión, lo que hace previamente es comparar opciones donde poner el dinero, y cuál es la más beneficiosa.
En este proceso, vamos mirando todo lo que hay disponible en el mercado de inversiones, para ver cual se adecúa más a nuestra situación y personalidad.
Comparemos entonces esta inversión, con otras disponibles. Como expusimos en la portada, nuestra inversión apunta a un promedio de 25% de rentabilidad anual en dólares a máxima maduración, además de un revalúo que ronda también el 20% anual.
Por ejemplo, si invertimos en certificados del tesoro de USA, estos pueden darnos un 2-3% anual en dólares. Suele ser una opción segura, pero poco rentable. También juega en contra de la inflación de EEUU.
Podemos hacer inversiones en sociedades de Bolsa de Nueva York, o de cualquier otro lado del mundo, que apuntan a un 3-5% anual. Tienen un poquito más de riesgo, porque se está invirtiendo en acciones o bonos, pero el gobierno de EEUU protege la suma invertida hasta los 250.000 dólares, en caso de desaparición de la sociedad. Sigue siendo poco rentable comparado con nuestra inversión.
Luego, comenzamos a subir el riesgo. Supongamos que invertimos en propiedades en Miami. Una plaza muy concurrida para invertir. Debido a la gran competencia, se apunta a rentabilidades de entre 4 - 6%. Pero ojo, aquí ya empieza el mantenimiento de una propiedad.
Cuando uno realiza una inversión, lo que hace previamente es comparar opciones donde poner el dinero, y cuál es la más beneficiosa.
En este proceso, vamos mirando todo lo que hay disponible en el mercado de inversiones, para ver cual se adecúa más a nuestra situación y personalidad.
Comparemos entonces esta inversión, con otras disponibles. Como expusimos en la portada, nuestra inversión apunta a un promedio de 25% de rentabilidad anual en dólares a máxima maduración, además de un revalúo que ronda también el 20% anual.
Por ejemplo, si invertimos en certificados del tesoro de USA, estos pueden darnos un 2-3% anual en dólares. Suele ser una opción segura, pero poco rentable. También juega en contra de la inflación de EEUU.
Podemos hacer inversiones en sociedades de Bolsa de Nueva York, o de cualquier otro lado del mundo, que apuntan a un 3-5% anual. Tienen un poquito más de riesgo, porque se está invirtiendo en acciones o bonos, pero el gobierno de EEUU protege la suma invertida hasta los 250.000 dólares, en caso de desaparición de la sociedad. Sigue siendo poco rentable comparado con nuestra inversión.
Luego, comenzamos a subir el riesgo. Supongamos que invertimos en propiedades en Miami. Una plaza muy concurrida para invertir. Debido a la gran competencia, se apunta a rentabilidades de entre 4 - 6%. Pero ojo, aquí ya empieza el mantenimiento de una propiedad.
Por ejemplo, si invertimos en propiedades nuevas en Orlando, apuntamos al negocio del revalúo y de la renta. Lamentablemente, empieza el problema de lo que dice el Excel o lo que nos venden contra la práctica real y cuánto quedó. Acá podríamos llegar al 10% anual, como máximo si no pasa ningún contratiempo. Les comento que una propiedad nueva hay que gastar el tiempo en amueblarla, esperar el periodo de construcción hasta que esté lista, etc. Además, seguramente, los montos que hay que invertir son muy superiores a los de una hectárea ( 200-800 mil dólares). En estos caso se apunta a un revalúo de un 3% anual.
Seguimos con propiedades en lugares como Detroit, Pensilvania, Philadelphia, etc. Propiedades más antiguas, que se ofrecen a la venta con su remodelación. Quizás en estos casos, nos ofrecen un 14 - 16% de rentabilidad. En este caso, el problema es cuando llega la práctica, que aparecen problemas como impuestos, seguros, reparaciones importantes, períodos donde no se consigue el inquilino, vandalizaciones, malentendidos, etc. La realidad, es que de ese 16%, terminamos en un 8% quizás en promedio, con toda la mala sangre de esos contratiempos. Además, este tipo de propiedades, no tiene revalúo prácticamente.
Cuando aumentamos el riesgo, nos vamos a activos financieros tales como las acciones o las criptomonedas, que si tienes experiencia, sabes que en el fondo, termina siendo una gran cuota de suerte, además de tener que saber y gastar mucho tiempo, para trabajar con estas inversiones. Allí, hablamos normalmente de apuntar a un 30% anual, pero también con el muy posible resultado que estés en un - 30%. Todo lo riesgoso, tiene el problema del negativo posible.
Por ejemplo, si invertimos en propiedades nuevas en Orlando, apuntamos al negocio del revalúo y de la renta. Lamentablemente, empieza el problema de lo que dice el Excel o lo que nos venden contra la práctica real y cuánto quedó. Acá podríamos llegar al 10% anual, como máximo si no pasa ningún contratiempo. Les comento que una propiedad nueva hay que gastar el tiempo en amueblarla, esperar el periodo de construcción hasta que esté lista, etc. Además, seguramente, los montos que hay que invertir son muy superiores a los de una hectárea ( 200-800 mil dólares). En estos caso se apunta a un revalúo de un 3% anual.
Seguimos con propiedades en lugares como Detroit, Pensilvania, Philadelphia, etc. Propiedades más antiguas, que se ofrecen a la venta con su remodelación. Quizás en estos casos, nos ofrecen un 14 - 16% de rentabilidad. En este caso, el problema es cuando llega la práctica, que aparecen problemas como impuestos, seguros, reparaciones importantes, períodos donde no se consigue el inquilino, vandalizaciones, malentendidos, etc. La realidad, es que de ese 16%, terminamos en un 8% quizás en promedio, con toda la mala sangre de esos contratiempos. Además, este tipo de propiedades, no tiene revalúo prácticamente.
Cuando aumentamos el riesgo, nos vamos a activos financieros tales como las acciones o las criptomonedas, que si tienes experiencia, sabes que en el fondo, termina siendo una gran cuota de suerte, además de tener que saber y gastar mucho tiempo, para trabajar con estas inversiones. Allí, hablamos normalmente de apuntar a un 30% anual, pero también con el muy posible resultado que estés en un - 30%. Todo lo riesgoso, tiene el problema del negativo posible.
